La alcaldesa de Almassora, Merche Galí, ha anunciado que el Ayuntamiento ha recibido la resolución del jefe del Servicio Territorial de Cultura que autoriza la ejecución de la segunda fase de la remodelación de la Vila con un presupuesto de 450.000 euros. Se trata de las obras que afectan a la plaza Mayor y las calles transversales entre San Joaquín y San Vicente y que por formar parte de un entorno Bien de Interés Cultural (BIC) debe contar con el visto bueno de la Conselleria de Cultura antes de ejecutarse las obras.
Una vez logrado el permiso para la intervención, el departamento de Urbanismo ha programado para el próximo jueves 6 a las 19 horas en el edificio de Ca la Vila la presentación del proyecto al vecindario. La propia alcaldesa, junto a la concejala de Territorio, Carmina Martinavarro, y los técnicos del departamento, detallará a los propietarios el alcance de la intervención. Dado que el aforo de la sala es de 30 personas por seguridad frente a la pandemia, la organización se compromete a repetir la reunión al finalizar si algún asistente queda fuera de la primera convocatoria.
La autorización de la Conselleria de Cultura permite al Ayuntamiento iniciar el expediente para la contratación de las obras con el seguimiento arqueológico oportuno por tratarse de un espacio protegido. No en vano, la peatonalización de la zona pondrá en valor la plaza y, sobre todo, un elemento catalogado como son los arcos medievales de los porches existentes en la fachada este.
El consistorio quiere mostrar al vecindario cómo será la transformación a través de esta segunda fase, siguiendo la línea de las obras ya ejecutadas en la calle San Joaquín y la plaza de la Iglesia, para conferir un aspecto de homogeneización al barrio. Los técnicos recogerán las sugerencias ciudadanas para una actuación que volverá a contar con la financiación de la Unión Europea a través de los fondos FEDER y el Ayuntamiento de Almassora al 50%.
La peatonalización de los viales afectados supondrá la eliminación de barreras arquitectónicas que ahora impiden el paso a personas con discapacidad debido a bordillos sin transición y aceras que en algunos tramos no superan el medio metro de anchura. Tras las obras, tanto las calles como la plaza quedarán a un mismo nivel con pavimento como el utilizado en la primera fase de la reforma.
El Ayuntamiento aprovechará la intervención para disponer canalizaciones subterráneas y arquetas para la red eléctrica, modificar la señalización viaria y crear una red de drenaje de aguas pluviales en todo el entorno. También está prevista la canalización entubada que permita ser cableada por las compañías de telefonía a medida que lo demanden los usuarios sin necesidad de abrir nuevas zanjas en los viales remodelados y, al tiempo, con arquetas en cada cruce de calles para eliminar los cruces aéreos actuales.