Formiguer: cuando la cultura itinerante y plural se reinventa con un formato a la carta

Formiguer: cuando la cultura itinerante y plural se reinventa con un formato a la carta

Formiguer es reinvención y resiliencia puestas al servicio del ocio y la cultura, especialmente las pensadas para el disfrute en equipo, en familia. Con esta meta bien perfilada en el horizonte echa a rodar esta productora especializada en la gestión de contenidos “próximos y con valores” para público familiar y lo hace en un escenario que reclama eventos a la carta, en espacios cuidados, adaptados al clima de seguridad y calidad que impone el contexto actual y con impacto social y sostenible en el territorio.

 

Se estrena bajo la misma fórmula que conjuga a partes iguales diversión, juego, respeto y libertad, y la experiencia que dan los ocho años de gestión del Formigues Festival de Benicàssim, referente en el mundo de los macroeventos musicales y culturales para público familiar. Formiguer toma el relevo y vuelve a convertirse en un punto de encuentro para un equipo que aúna a profesionales de la gestión cultural, la comunicación, el diseño, la creatividad o la docencia, pero sobre todo, a padres y madres unidos por una inquietud: que la cultura siembre cultura y se transforme en una experiencia enriquecedora y sin edad.

 

La base del esfuerzo colectivo que impulsó y materializó Formigues Festival se mantiene, aunque en el salto al Formiguer cambian algunas aristas. Emerge la itinerancia. “Queremos llegar a cualquier ciudad, municipio, pueblo o espacio, público o privado, que apueste por un evento cultural original, creativo, que dinamice su tejido social y que deje huella”, explica Ana Rico, directora del proyecto. “Nuestro proceso de reinvención y resiliencia pasa precisamente por adaptar y amoldar cada evento o iniciativa cultural, desde el punto de vista del espacio disponible, las necesidades o el presupuesto, sin bajar un ápice la guardia: sin que se pierda el poder que las artes tienen para emocionar y generar experiencias”, añade Rico.

 

Reivindicar el ocio cultural y sostenible como instrumento para la inclusión, la igualdad, la participación y el crecimiento personal y comunitario, especialmente en la infancia, la adolescencia y la juventud, es uno de los platos fuertes de la productora. Un motor cultural que pivota sobre cuatro ejes, para no dejar “ningún cabo suelto” y “facilitar al máximo los procesos”. Por un lado, la programación y creación de espacios, manteniendo un estrecho contacto con diferentes manifestaciones artísticas, profesionales del sector educativo o proveedores.

 

Le sigue la producción. “Llevamos más de 15 años planificando y ejecutando desde diferentes ámbitos de la producción, los últimos ocho con Formigues Festival; nos hemos movido en escenarios, teatros y festivales. Hemos girado mucho, y queremos seguir haciéndolo”, apostilla Ana Rico.

 

El diseño y la comunicación, con la creación de la identidad corporativa del evento y la difusión global del mismo, es el tercer eje. El cuarto: el asesoramiento. “Ayudamos a entidades, asociaciones y particulares a llevar a cabo su proyecto cultural. Orientamos  y damos las claves en ámbitos como la gestión (desde el plan de producción a la tramitación de licencias) o la administración, con la búsqueda de subvenciones y ayudas, entre otras acciones”, dice la directora de Formiguer.

 

Bajo esta fusión de experiencia, cariño y respeto por la cultura “de proximidad y con valores”, la productora ultima ya sus primeras apuestas escénicas, que anunciará en breve. Pincelando, como avanzadilla, el qué y el cómo de ese reseteo cultural, emergen verbenas verdes que unen a varias generaciones en el entorno rural o el primer festival para público adolescente que bajo autorización pueden entrar a partir de 12 años a solas. Propuestas renovadas que buscan dar un paso más. Democratizar la cultura. Y seguir abriendo camino.