La alcaldesa de Almassora, Merche Galí, ha visitado hoy las obras que ejecuta Iberdrola en la playa de Almassora y que forman parte de una inversión de 2,3 millones de euros dentro del plan de mejora del suministro eléctrico. Los trabajos afectan en estos momentos a la renovación y reubicación de dos centros de transformación de la avenida Mediterrànea, que incorporarán sistemas de digitalización y automatización.
La puesta en marcha de estos centros de transformación va a permitir, además de una mejora de la calidad del servicio, una reducción del impacto visual al eliminarse parte del tendido aéreo de las líneas de media tensión que les suministran energía. No en vano, la actuación que lleva a cabo la empresa distribuidora i-DE incluye el soterramiento de las nuevas líneas, además de la construcción de una subterránea de media tensión para conectar las instalaciones de la zona.
Así, el distrito marítimo dispondrá de una doble alimentación que mejorará la capacidad de maniobra en caso de indisponibilidad por trabajos de mantenimiento o incidencia. La intervención también afecta al núcleo urbano, donde la empresa renovará la línea subterránea que discurre por las calles San Lucas y Santa Cruz, circunstancia que conllevará un aumento en la fiabilidad del suministro del centro de Almassora.
Estas actuaciones se suman a las ya realizadas por la compañía en la localidad, en las que se han construido nuevas instalaciones y modernizado otras en el entorno de las calles de San José y San Jaime, en la zona del polígono Mijares, junto al cementerio y en el entorno del camino de San Antonio.
Todas estas mejoras, realizadas en coordinación y colaboración con el Ayuntamiento de Almassora, permitirán una mayor eficiencia en la distribución del suministro eléctrico en la localidad y una mejora en la calidad del servicio. Asimismo, la empresa podrá atender las futuras peticiones de conexiones de electricidad de una forma más respetuosa con el medio ambiente.
La primera edil ha pedido disculpas al vecindario de la costa por las molestias que causan unos trabajos que han tenido que aplazarse por el estado de alarma derivado de la COVID-19 y que impiden retrasar más las obras. Galí ha señalado que el resultado de la intervención supondrá una mejora destacable del servicio y redundará en los servicios públicos de la playa.