La Diputación de Castelló ha acogido la segunda jornada del Congreso Bicentenario donde se han abordado los orígenes del Estado-Nación, las provincias y diputaciones en el periodo de tiempo del Trienio Liberal resaltando las competencias originarias de la administración provincial en justicia, gasto público y educación. La jornada ha contado con las ponencias de Manuel Chust de la Universitat Jaume I, José Antonio Pérez de la Universidad Miguel Hernández y Carmen García de la Universitat de València, y Mariana Terán de la Universidad Autónoma de Zacatecas y Graciela Bernal de la Universidad de Guanajuato que han intervenido vía telemática desde México.
El profesor Manuel Chust ha hecho referencia a que cuando se planteó establecer que cada población tendría un ayuntamiento surgió un problema: quién daría validez en los ayuntamientos. «En el tiempo, será la diputación la institución que daría esta validez en los ayuntamientos que, en aquellos inicios, asumirían competencias como el abastecimiento, la fiscalidad, la sanidad y la educación, competencias que también se copiaron en la diputación, de aquí el hecho de ser ayuntamiento de ayuntamientos», ha explicado Chust. Además, el profesor ha señalado que la diputación «fue la institución clave para organizar en sus provincias un estado institucional claramente descentralizado» y que fue en 1821 cuando «se hizo la división provincial en 52 provincias y 52 diputaciones, un planteamiento que ya hicieron los diputados en 1812, pero que en aquel año fue rechazado”.
José Antonio Pérez ha sido el encargado de abordar el origen de la Diputación de Castelló de la que ha dicho asumió las competencias de protección del derecho a la propiedad, el control del gasto público y la protección de la agricultura. Además, ha explicado cómo la Diputación de Castelló creó los partidos judiciales y los límites de la provincia «para lo que hizo una gestión ejemplar porque pidió a las ciudades limítrofes que se pronunciaron sobre los límites fijando un criterio de extensión cualitativo y no cuantitativo, es decir, lo que importaba es que el término tuviera los recursos suficientes para atender las necesidades de esa nueva localidad”.
El profesor Pérez también ha resaltado las «importantes medidas» que tomó la Diputación de Castelló en su origen para controlar el gasto público fijando asignaciones en función del número de habitantes e impulsar la agricultura, la industria y el comercio con técnicas para aprovechar los recursos hídricos y mejorar la producción. Finalmente, ha destacado la mejora de las comunicaciones y la supervisión del correcto funcionamiento de la educación como otras de las funciones con las que nació la institución provincial a Castelló.
Otras intervenciones han sido la de Carmen García de la Universitat de València quien ha destacado que en la transición «el interés académico y político eran dos mundos intencionadamente divergentes que no llegaron a confluir por la falta de una política activa de la memoria histórica democrática». Por su parte, Pedro Rújula de la Universidad de Zaragoza ha afirmado que en el Trienio Liberal, «el poder local se reivindica frente a la autoridad del Estado apoyando en los ayuntamientos y las diputaciones». Finalmente, desde México y por vía telemática han participado Mariana Terán de la Universidad Autónoma de Zacatecas y Graciela Bernal de la Universidad de Guanajuato quines han abordado el origen de las diputaciones de las respectivas ciudades mexicanas.