El centro de día terapéutico para la deshabituación, rehabilitación y reinserción social Lluís Alcanyís de Vila-real ha recibido 123 demandas de atención para abandonar el consumo de cannabis a lo largo del 2014. Un 60% más que en 2013, cuando 77 personas solicitaron dejar la misma droga en la ciudad.
La concejala de Servicios Sociales, Sabina Escrig, acompañada por el trabajador social del centro de día, Santi Agost, ha presentado los datos del balance anual de 2014, en el que las principales adicciones tratadas siguen siendo el cannabis (33%), que ya supera al alcohol (26%) y la cocaína (23%) y se han abierto 143 expedientes nuevos, cifra similar a la del año anterior (141). Por edades, el perfil medio del usuario tiene ahora entre 20 y 30 años, mientras en 2013, la principal franja de edad era de los 30 a los 40 años.
“Cada vez los usuarios son más jóvenes”, indica Agost, quien señala que “las campañas de prevención de la Unitat de Prevenció Comunitària (UPC) han influido en este cambio de tendencia, ya que en muchos casos, son los padres de los afectados quienes, sensibilizados a través de estas iniciativas, acuden a pedir ayuda para sus hijos”.
Y es que, tal y como indica, “el consumo de cannabis se ha banalizado y no se le da la importancia que tiene, pero al final, pasa factura y mucha gente acaba viniendo a pedirnos ayuda para dejarlo”. Además, el técnico insiste en que “la drogodependencia sigue estabilizada y no sabe de crisis ni de modas”. “No tener trabajo es uno de los motivos por los que muchas personas se inician en el consumo –especialmente de alcohol y cannabis-, porque así palian los efectos de la ansiedad y el miedo a estar inactivos”, señala.
Asimismo, Agost se muestra satisfecho por la mayor permanencia de los usuarios en los programas de tratamiento. “La media ronda los 10 meses de permanencia, una buena noticia, porque permite seguir tratando la adicción, que es algo que requiere calma. Quien no aguanta tanto tiempo no puede percibir los cambios al mismo nivel”, asegura.
No obstante, tanto Agost como Escrig se felicitan por la introducción de nuevos talleres y métodos para el tratamiento de adicciones a lo largo del 2014, como el grupo de cannabis para adultos –que se suma al de jóvenes-, el taller de Teatre de l’oprimit, que sirve como terapia para los usuarios, además de otros recursos aplicados en estrecha colaboración con otros expertos y profesionales de toda la provincia.
“Atendemos a un paciente que presenta una sintomatología muy diversa, por lo que el abordaje es más complejo y requiere en la mayoría de los casos la intervención de varios profesionales, recursos, mucha coordinación”, explica el trabajador social, “por eso nuestro centro se va asemejando cada vez más a un ambulatorio, al que nos remiten casos desde unidades de salud mental, centros de salud, hospitales, incluso, ONG”.
La concejala responsable del área recuerda que “Vila-real es actualmente la única población que mantiene este servicio pionero totalmente municipal y con personal propio, por el que apostamos desde 1992, porque uno de los principales objetivos del Ayuntamiento es el bienestar y la mejora de la calidad de vida de sus ciudadanos”.