Compromís denuncia que el Gobierno sigue utilizando el topónimo ‘Vinaroz’, a pesar de asegurar que no volvería a hacerlo y respetaría la denominación oficial

Compromís denuncia que el Gobierno sigue utilizando el topónimo ‘Vinaroz’, a pesar de asegurar que no volvería a hacerlo y respetaría la denominación oficial

“¿Qué es Vinaroz?”, pregunta Mulet a un Gobierno que sigue utilizando una denominación que no agrada en este municipio del Maestrat

 

El senador valencianista, Carles Mulet, ha denunciado el insistente uso del topónimo no oficial ‘Vinaroz’ en respuestas parlamentarias que emanan de la Secretaría de Estado de Relaciones con las Cortes. El senador ya recordó al Gobierno en anteriores iniciativas que utilizaban un topónimo no oficial y que la única y exclusiva denominación es la valenciana ‘Vinaròs’. Éste se comprometió a no utilizarlo más, “pero la realidad evidencia que se olvidan de estas cosas, no tienen un libro de estilo o bien poca sensibilidad por las formas no castellanas del Estado”, ha indicado el senador.

 

En una reciente respuesta sobre las actuaciones a realizar en la franja marítima de Benicarló a iniciativa de Mulet, el Gobierno señalaba que “El proyecto de medidas para la protección y reparación del tramo de costa comprendido entre el puerto de Benicarló y el límite con el término municipal de Vinaroz está pendiente de evaluación de impacto ambiental”. Mulet preguntó de nuevo por el uso de esta forma, a lo que el Gobierno respondió señalando, ahora sí, que “Vinaròs es un municipio del norte de la provincia de Castellón”.

 

Mulet ha recordado que “lamentablemente vemos como las palabras del Gobierno tienen bien poco valor y se olvidan las promesas que realizan de no volver a utilizar topónimos no oficiales, publicados en las publicaciones oficiales como únicos válidos administrativamente, tal y como recomiendan la RAE o consta en el registro de Entidades Locales, al igual que ocurre con Castelló de la Plana, Vila-real o València, por citar otros ejemplos”.

 

Para el senador “da igual que gobierne la derecha o tengamos el Gobierno más progresista de la historia. Las sensibilidades, el respeto por las lenguas y culturas del Estado no caben si no se encuentran en la óptica castellana y es exasperante seguir con las dinámicas heredadas del franquismo, cuando las lenguas estaban prohibidas y el respeto por lo autóctono era nulo. Hoy en día los trabajadores públicos tienen suficientes conocimientos y programas informáticos y lugares de consulta como para que estas cosas ya no ocurran y es algo que nos agradaría ver cuanto antes”.