El portavoz de la coalición en la Comisión de Agricultura, Pesca y Alimentación del Senado, Carles Mulet, ha censurado hoy el papel de las instituciones europeas a la hora de rechazar con contundencia las decisiones que “están perjudicando los intereses económicos, sanitarios y territoriales de países de la Unión”, en relación con la aplicación de tratamientos en frío a la fruta que llega con plagas desde orígenes como países como Sudáfrica.
Para el senador valencianista “la Comisión Europea está cediendo a los intereses de países terceros, y lo hacen para rebajar unas exigencias que devalúan la importancia de la institución y su propia credibilidad, así como el respeto que merecen nuestros consumidores, productores y sectores económicos, algo que va en contra del espíritu de la Unión”. El senador ha tildado de “inconcebibles” estas presiones fruto de la “codicia de cuatro importadores y algunos lobbies”, ya que “nos estamos jugando la sanidad vegetal europea con la posible entrada de plagas por no querer implantar tratamientos en frío”.
Así Mulet ha recordado que la falsa polilla, que no sobrevive a los transportes en frío de la fruta, “puede poner en jaque la producción de alimentos, como viñas, maíz, melocotones, albaricoques o incluso los robles, algo que incluso podría obligar a tener que hacer tratamientos de los bosques de toda Europa con pesticidas. Algo que no se entiende de ninguna manera”, ha señalado.
El senador ha recordado las negativas de los últimos gobiernos de PP y PSOE a reclamar en Europa el tratamiento en frío de las importaciones de Sudáfrica y terceros países que mantienen estándares sanitarios y uso de materiales en la agricultura prohibidos en Europa. “El ministro nos repetía que ‘lo que pidamos nos pedirán’, afirmaciones que consideramos indignas pues nuestros agricultores están haciendo bien las cosas y se está siendo permisivo con peligros potenciales para la salud, la competencia y la sanidad vegetal”, ha indicado Mulet.
El portavoz de Compromís finalmente ha mostrado su apoyo al ministro para reclamar “un cambio en las políticas europeas en esta materia frente a los intereses de los lobbies en contra del tratamiento en frío ante un cambio de criterio que no se entiende. Es incoherente que se proponga reducir pesticidas y luego sean laxos con prácticas que pueden ser fatales ante unas plagas contra las que no tenemos enemigos naturales en nuestro continente. Todo ello por la codicia de cuatro importadores y de los intereses de puertos comerciales como el de Rotterdam”.